Aplicación de fertilizantes al suelo

Es la forma tradicional de aportar los nutrientes al olivar, mediante esta técnica se enriquece el suelo. De esta forma se quiere conseguir que el olivo a través de las raíces absorba los nutrientes que necesitan.

Cuando se realiza la distribución del abono en el suelo, hay que tener en cuenta que lo mas eficaz es distribuirlo de la forma más homogénea posible por todo el suelo. En el olivar las raíces están distribuidas por todo el suelo, las raíces que absorben los nutrientes se encuentran en la zona mas superficial del suelo que es el más rico y aireado. Al realizar el abonado de esta manera, conseguimos dos cosas, primero que el mayor número de raíces entren en contacto con los nutrientes, y segundo que al estar en menor concentración los nutrientes aumenta la absorción de estos por parte de las raíces. Haciendo una distribución homogénea del abono en el suelo bien a mano o bien con abonadora aumentaremos la eficacia del abonado.

La practica habitual de distribuir el abono en cordones alrededor del vuelo del olivo es una mala practica de abonado. Cuando abotonamos de esta forma ponemos elevadas concentraciones de abono en contacto con pocas raíces disminuyendo la absorción de los nutrientes y además podemos producir lesiones en las raíces.

Hay que tener en cuenta, que es importante que el suelo no este encharcado ya que si el este está saturado de agua cuando distribuimos el abono y llueve, el abono se perderá con el agua de escorrentía. La aplicación hay que realizarla cuando el suelo tenga humedad pero no este saturado y cuando después de la distribución del abono no se vayan a producir lluvias muy abundantes o torrenciales.

En el olivar de riego lo más aconsejable es realizar el aporte del fertilizante a través del agua de riego. De esta forma los nutrientes se aportan de forma regular en el tiempo y en concentraciones adecuadas lo que hace es que aumente la efectividad del abonado.